jueves, 30 de noviembre de 2017

El tiempo, aliado o enemigo

En el trabajo de prensa resulta muy importante saber diferenciar los tiempos cortos de los largos, las ideas que se quieren instalar como tendencias y los hechos puntuales que deben salir en una fecha.

Existen ciertos eventos, como puede ser un recital, con día, hora y lugar, que no dan mayor margen de tiempo y la fecha de realización es un límite claro y concreto.

Pero, en muchos casos, la prensa sirve para instalar ciertos temas, miradas, enfoques o tendencias, donde el tiempo, bien usado, puede ser una carta a favor. Lo cierto es que, sea aliado o enemigo, siempre hay que considerarlo como un aspecto más de una campaña.  

Muchos temas, mucha paciencia

Los editores, o sea, quienes deciden qué se publica y qué no, suelen recibir cientos de ideas/temas/columnas y posibles notas por día. Por ello, contar con la paciencia correspondiente, sin olvidar un recordatorio semanal (según el caso), es fundamental para lograr buenos resultados.

Por eso decimos que el tiempo es una de las patas fundamentales de cualquier plan de prensa. Así como el tema/contenido y quien lo genera son dos de las patas principales,  el medio donde quereos salir es otra y, por último, el tiempo completa el círculo.

Es habitual que cuando estamos muy ensimismados en la difusión de un tema, a veces resulta más efectivo dejar de ver los mails unas horas y dedicarse a otros temas, que estar pendientes a cada instante de respuestas que, muchas veces, requieren de tiempo para ser analizadas y respondidas.

Incluso, cuando un editor encuentra un tema atractivo, y decide avanzar con una nota, debemos tomar en cuenta que el proceso es largo: le pasa la nota a un periodista, ese periodista investiga sobre el tema, busca otras fuentes (si es que no se queda solo con lo que uno envió), hace otras entrevistas, arma la nota y después esa nota, en el medio (en especial cuando es uno grande) compite con otras notas para ver cuándo sale.

Por ello, entre que hacemos una propuesta de nota y que esa nota se publica, pueden pasar semanas y, a veces, más de un mes. Ojo, no es el caso de una primicia o una información de último momento, donde los tiempos sí que son urgentes y de un día para el otro, o en un par de horas, puede salir publicada la información.

Tiempo previo

Como decíamos, diferente es cuando hay un deadline. Por ejemplo, la inauguración de una muestra. Allí, justamente, conociendo cómo juega el tiempo en la prensa, debemos pensar para atrás ese margen. O sea, si la muestra arranca en agosto, posiblemente ya a principios de julio debeos comenzar a contactar a los medios grandes, para que vayan viendo si harán alguna nota al respecto y tengan tiempo de planificarla y llevarla a cabo.

Las agencias de noticias o portales del sector muy probablemente se arreglarán con que les pasemos la información unos días antes, lo que implica, también, tomar alguna determinación respecto de los tiempos y el manejo de ellos. A quiénes mandar un mes antes, a quiénes dos semanas, a quiénes durante la misma semana del evento.  


Para cerrar, resulta fundamental diferenciar cuando algo es urgente o cuando puede ser un tema que se difunda más adelante. En cada caso, habrá diferentes formas de actuar y de manejar el tiempo, como para que, en lugar de ser un enemigo, sea un aliado de la difusión.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario