Los periodistas constantemente necesitan la
palabra de especialistas. En parte para explicar –dado que no pueden saber en
profundidad sobre todos los temas que tocan- y otro poco para legitimar la
información que publican.
Cuanto más representativo de su sector o
especialidad, o más conocido sea, mayor valor tendrá la palabra de dicho
especialista. Por ejemplo, en una nota sobre enfermedades de chicos, una
asociación de pediatras sería una fuente incuestionable. En una nota sobre
abusos de empresas, Defensa del consumidor. En importaciones, la Cámara del
sector, etc.
En síntesis, podemos decir que dichas
instituciones son las más consultadas en las notas de su sector por defecto.
Pero al mismo tiempo, y muchas veces al mismo nivel que ellas, existen
especialistas particulares que tienen presencia periódica. ¿Cómo hacen?
Para poder aclarar, explicar y opinar sobre informaciones,
los periodistas necesitan que las fuentes respondan, entre otras, a tres características:
que sean claras, legítimas y accesibles.
O sea, lo primero que debe demostrar un
especialista para convertirse en fuente es conocimiento sobre el tema de su
especialidad. Pero no alcanza con eso. Además del conocimiento se debe saber
cómo transmitirlo. Un especialista que no pueda salir de la jerga de su sector,
difícilmente podrá ser entendido por el gran público, que es al fin y al cabo
quien consume los medios masivos de comunicación.
El segundo requisito de un especialista para
poder convertirse en fuente es que debe responder seguido a las consultas de
periodistas. No digamos siempre, porque lo cierto es que el especialista –del
rubro que sea- no trabaja de fuente, pero sí seguido.
Un especialista muy iluminado en lo que hace,
pero que normalmente no puede responder en tiempo y forma a las consultas de
los periodistas, difícilmente se convierta en fuente.
Una relación
simbiótica
Ambos, periodista y fuente, se necesitan. El
primero para entender los temas, completar las notas y, como dijimos, darle
valor a la información suministrada. El segundo, para legitimar y publicitar su
nombre o la institución/empresa que representa.
Cuando los periodistas deben resolver una nota,
cosa que normalmente en los diarios ocurre de un día para el otro (on line los
tiempos son más cortos aun), echan mano de las fuentes cercanas.
El convertir a sus clientes en una de esas
fuentes es un aspiracional desde el trabajo que realiza un asesor de prensa. La
fuente consultada de manera periódica se convierte en referente de su sector. Convertir
a especialistas en referentes es uno de los principales objetivos de una
agencia de prensa, en especial si trabaja con empresas de servicios
profesionales.