jueves, 8 de junio de 2017

La importancia del contacto y cómo lograrlo

Así como en nuestras vidas a todos nos gusta más que nos hablen en forma individual y según nuestras preferencias, en el mundo de la prensa y los periodistas pasa algo similar.  

Por eso, resulta evidente que si queremos proponer una nota o que una información sea atendida, hablarle al periodista en forma individual es más efectivo que intentarlo en forma masiva.

De todas maneras, y tal como hemos hablado en este blog, tampoco podemos ponernos pesados en ese uno a uno, ya que los periodistas, en especial quienes trabajan en medios masivos, tienen muchos temas que atender y gente que pretende pasarlas información.

Tanta es la información que reciben los periodistas diariamente, que muchas veces no basta con haber mandado un mail para asegurarnos que la información haya llegado a destino, en el sentido de haberla visto y eventualmente leído.

Lo cierto es que existen miles de organizaciones que diariamente acercan sus novedades, y son cientos las agencias de prensa que manejan esa información y se las pasan a los periodistas.

Tener el OK

Por eso, uno de los objetivos primordiales de la difusión de un tema del que pretendemos menciones o atención, es tener la certeza de que el periodista lo ha visto.

¿Cómo sabemos si el periodista ha visto la información? Cuando nos responden es obvio que eso ha ocurrido. Pero lo más normal es que el periodista vea el tema, en algún caso lo separe, pero que no responda (salvo que tengamos un contacto fluido con él, y ni siquiera en ese caso es seguro).

Para saber si el periodista ha visto una información, el primer paso –el que requiere menor intromisión- es un reenvío del mail. Si el primero fue general, resulta recomendable que el segundo sea individual.

Si el reenvío tampoco nos brinda certezas, la opción que puede seguir es probar con un llamado. Aquí se abre un nuevo capítulo, ya tratado en este blog. El llamado debe ser, en lo posible, no al cierre de la edición (caso medios gráficos), sino en algún horario donde uno sabe que el periodista no está corriendo con una nota (o lo supone).

De todas maneras, es muy posible que el llamado coincida con un momento donde el periodista está haciendo otra cosa, incluso cualquier otra cosa menos esperar ese llamado. Ser breve y conciso es una necesidad para no robarle tiempo ni molestia.

Horarios y momentos

Encontrar a un periodista en la redacción de un medio no es tan sencillo. Con el tiempo vamos conociendo sus horarios. La buena relación con  los recepcionistas es, también, una muy buena herramienta. Ellos muchas veces nos dicen cuándo es mejor llamar.

Cuando consideramos que el tema realmente le puede interesar, un llamado al celular puede funcionar.

Hoy en día, el Whatsapp brinda algo intermedio. Es un poco más invasivo que el mail, aunque menos que una llamada al celular. En algunos casos no obtendremos respuesta, pero es posible que ayude a que vea la información que enviamos.

La ventaja del teléfono es que, aunque sea breve, allí si lo encontramos tendremos sí o sí un ida y vuelta. En esos breves pero valiosos segundos es cuando conocemos los temas que funcionan o no, si podremos esperar algo en ese medio o mejor pensar en otros.

Cómo buscar contactos

En algunos casos ocurre que queremos contactar a un periodista pero no tenemos sus datos de contacto. Allí, por más que suene muy elemental, llamar al medio y pedir por él puede funcionar. Si no, Linkedin ofrece una fuente muy interesante de contacto y búsqueda de acercamiento. También Facebook o Twitter pueden funcionar en ese sentido.


Lo cierto es que los buenos resultados de prensa se suelen obtener en el contacto uno a uno. Allí es donde te asegurás que la información llegó y posiblemente interese. A veces no es fácil lograrlo, pero el intento metódico permite, a la larga, obtener mejores resultados. 

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