miércoles, 6 de septiembre de 2017

Los tiempos de las noticias

En Prensa, hay dos temas vinculados a la temporalidad que se deben tomar en cuenta

El primero de ellos tiene que ver con las fechas de edición y cierre de los medios. De una mayor a una menor instantaneidad, podríamos pensar el siguiente escalonamiento: portales de Internet, diarios (que salen todos los días), periódicos que salen de lunes a viernes, periódicos que salen los fines de semana, revistas semanales, revistas mensuales, bimestrales y ediciones especiales anuales.

El conocer los tiempos de los medios que nos interesa acceder, por la temática que vamos a difundir, permite tener mejores resultados y, en algunos casos, poder entrar o no en la edición. De acuerdo a esos tiempos, se pueden planificar mejor los temas y el momento de enviar cada contenido.

Por ejemplo, si vamos a difundir un espectáculo, como puede ser una obra de teatro, y queremos entrar a alguna de las revistas mensuales que tocan ese tema, deberemos saber que la información de prensa tendrá que estar lista y aprobada con bastante antelación.

En ese caso, es posible que el texto sobre la obra la mandemos a algunos medios mensuales un mes y medio o dos antes del estreno. A los medios semanales un mes o tres semanas antes, y de esa manera ir achicando el plazo hasta llegar, por ejemplo, a las agencias de noticias, que suelen publicar sobre la fecha del estreno.

A la agencia, por citar un ejemplo, tener la información un mes antes no le va a servir y es posible que en ese caso nos desgastemos con llamados y envíos que no podrán concretarse en notas hasta llegada la fecha.

Fecha de cierre

El otro tema, complementario con el anterior, es la fecha de cierre de cada medio. Por ejemplo, existen revistas semanales (como la Viva de Clarín) que cierran su sección de Recomendados un mes o más previo a la publicación. El conocer ese detalle permitirá que mandemos la información antes y, eventualmente, nos puedan publicar.

Por otro lado, los suplementos dominicales de Economía de los principales diarios suelen cerrar, a lo sumo, el jueves. Por lo que, si queremos que un tema sea tenido en cuenta, deberemos enviarlo, como mucho, el martes de esa semana. E incluso, siendo que son suplementos chicos en relación a la cantidad de temas disponibles, es posible que, para tener reales chancess, debamos enviarlo antes.

De lo anterior se desprende que, posiblemente, un mismo tema deba ser enviado en momentos diferentes a cada medio, si es que pretendemos que sea publicado en fechas cercanas. O sea, una noticia que en un portal sube en unos minutos, en un suplemento de economía debe esperar hasta el domingo. Entonces, a ese portal posiblemente deberemos escribirle cerca del fin de la semana y al suplemento bastante antes.

Los tiempos de los hechos 

Hay otro tema a tener en cuenta, que tiene  que ver en parte con los tiempos y en parte con los hechos o noticias: hay que estar atentos de no lanzar algo de supuesto interés público, cuando los medios están tomados por alguna noticia de mucha repercusión (un atentado, elecciones, accidente aeronáutico, mundiales).

Aunque resulta posible que aquello que queremos difundir no compita con el otro tema de peso, es habitual que ese otro tema de peso le tome espacio a otras secciones, emplee a más periodistas y acapare el interés de nuestro público.

En síntesis, no solo importa qué, cómo, y a quiénes, sino que, para tener buenos resultados en prensa, resulta fundamental el “cuándo” enviar y gestionar la información. 

jueves, 17 de agosto de 2017

Cómo elegir el formato más adecuado para una información de prensa

Las gacetillas de prensa son uno de los formatos más habituales para dar información sobre empresas, eventos, novedades puntuales.

En muchos casos tienen la ventaja de permitir una difusión amplia y la repetición del tema, obtener varias menciones sobre aquello que estamos difundiendo.

Pero, en el caso de que esperemos una cobertura más amplia o una nota, puede ser que sea mejor contemplar otros posibles formatos.

Lo que ocurre, si no, es que la conexión entre esa gacetilla (muchas veces institucional) y una nota sobre el tema la tiene que hacer el periodista. Y como los periodistas están cubriendo generalmente otros temas, puede que eso nunca ocurra.

Hacer de periodista

Por ello, en muchos casos es recomendable ponernos en el lugar del periodista y, más allá de la información institucional que queremos dar, pensar cómo eso podría convertirse en algún tema de tendencia o de novedad que tenga interés público.

O sea, hacer ese trabajo de buscarle, a dicha novedad, un enfoque más amplio o una mirada periodística que lo pueda convertir en algo más que una empresa dando a conocer lo que hace.

Sin duda que pensar y tratar de elaborar dicho enfoque será más trabajoso que armar la gacetilla, pero los resultados, en algunos casos, pueden ser sorprendentemente mejores.  

Un caso reciente

Para graficar, contaremos un caso reciente. Una compañía de eventos quería difundir una actividad que hace en las empresas durante las vacaciones de invierno. El primer pensamiento fue hacer una gacetilla diciendo que ofrecen ese servicio. Pero cuando lo pensamos, sonaba muy institucional, muy publicitario.

Seguramente podría obtener alguna mención en medios muy chicos, pero ningún medio importante le daría gratuitamente espacio a eso.

Por lo tanto, planteamos el tema como una tendencia. O sea, no es que tal empresa hace esto, sino que, en general, las empresas están demandando más, en vacaciones de invierno, ese servicio que brinda la compañía de eventos (cosas que es cierta).  

La propuesta le fue enviada a varios medios, gráficos y digitales, todos ellos de muchos lectores. De ellos, hubo uno que se interesó especialmente, y a partir del interés entrevistaron a la empresa que queríamos dar a conocer.

La conclusión fue que salió una nota de página entera, en uno de los diarios más grandes de negocios, sobre algo que, en el mejor de los casos, habría obtenido algunas repeticiones menores en medios mucho menos leídos.


Para cerrar, no se trata de erradicar las gacetillas o los pequeños anuncios. Pero sí de tratar de darle una vuelta, pensar un enfoque periodístico, para lograr, con eso, mayor espacio editorial.   

viernes, 30 de junio de 2017

El valor de las encuestas y la información de mercado

En general, los contenidos de prensa que hablan de una empresa están teñidos, en mayor o menor medida, de fines publicitarios. Y cuando la noticia no es de gran relevancia, queda demasiado expuesto el objetivo.

Por eso, normalmente, los contenidos que implican conocimientos originales o datos sobre el mercado, por parte de las empresas u organizaciones, suelen tener mejor recepción en los medios periodísticos. 

Esto ocurre, en primer lugar, porque al acercar estos datos le ahorramos la investigación al medio, e incluso le podemos contar cosas sobre rubros que no conoce tanto o a los que no tiene acceso 

Y luego, porque lo que estamos brindando es información sobre el mercado y no específicamente sobre la empresa que los ha relevado.

Encuestas

Los resultados de encuestas suelen ser muy valorados, por las razones expuestas. Algunos de los temas que suelen verse en los medios, a través de encuestas de empresas, son:

  • Cómo se ve la economía (realidad y expectativa)
  • Mejores empresas para trabajar
  • Expectativas de incorporación de personal
  • Sectores que más crecieron/decrecieron

Las empresas que procesan y presentan dichos resultados aparecen como fuentes de la información, a veces con conclusiones o análisis también de los datos. El valor está en demostrar conocimiento sobre los temas en cuestión.

Esta herramienta, tan efectiva para posicionar empresas en los medios, tiene un costo importante en términos de planificación, seguimiento, gestión de datos, consolidación de resultados y armado de presentación acorde a las demandas de los medios.

Más allá del trabajo que implica su realización, la información de mercado, a través de las encuestas, es el punto de encuentro perfecto entre empresas/instituciones y medios, donde ambos se ven beneficiados con su aporte y publicación


jueves, 8 de junio de 2017

La importancia del contacto y cómo lograrlo

Así como en nuestras vidas a todos nos gusta más que nos hablen en forma individual y según nuestras preferencias, en el mundo de la prensa y los periodistas pasa algo similar.  

Por eso, resulta evidente que si queremos proponer una nota o que una información sea atendida, hablarle al periodista en forma individual es más efectivo que intentarlo en forma masiva.

De todas maneras, y tal como hemos hablado en este blog, tampoco podemos ponernos pesados en ese uno a uno, ya que los periodistas, en especial quienes trabajan en medios masivos, tienen muchos temas que atender y gente que pretende pasarlas información.

Tanta es la información que reciben los periodistas diariamente, que muchas veces no basta con haber mandado un mail para asegurarnos que la información haya llegado a destino, en el sentido de haberla visto y eventualmente leído.

Lo cierto es que existen miles de organizaciones que diariamente acercan sus novedades, y son cientos las agencias de prensa que manejan esa información y se las pasan a los periodistas.

Tener el OK

Por eso, uno de los objetivos primordiales de la difusión de un tema del que pretendemos menciones o atención, es tener la certeza de que el periodista lo ha visto.

¿Cómo sabemos si el periodista ha visto la información? Cuando nos responden es obvio que eso ha ocurrido. Pero lo más normal es que el periodista vea el tema, en algún caso lo separe, pero que no responda (salvo que tengamos un contacto fluido con él, y ni siquiera en ese caso es seguro).

Para saber si el periodista ha visto una información, el primer paso –el que requiere menor intromisión- es un reenvío del mail. Si el primero fue general, resulta recomendable que el segundo sea individual.

Si el reenvío tampoco nos brinda certezas, la opción que puede seguir es probar con un llamado. Aquí se abre un nuevo capítulo, ya tratado en este blog. El llamado debe ser, en lo posible, no al cierre de la edición (caso medios gráficos), sino en algún horario donde uno sabe que el periodista no está corriendo con una nota (o lo supone).

De todas maneras, es muy posible que el llamado coincida con un momento donde el periodista está haciendo otra cosa, incluso cualquier otra cosa menos esperar ese llamado. Ser breve y conciso es una necesidad para no robarle tiempo ni molestia.

Horarios y momentos

Encontrar a un periodista en la redacción de un medio no es tan sencillo. Con el tiempo vamos conociendo sus horarios. La buena relación con  los recepcionistas es, también, una muy buena herramienta. Ellos muchas veces nos dicen cuándo es mejor llamar.

Cuando consideramos que el tema realmente le puede interesar, un llamado al celular puede funcionar.

Hoy en día, el Whatsapp brinda algo intermedio. Es un poco más invasivo que el mail, aunque menos que una llamada al celular. En algunos casos no obtendremos respuesta, pero es posible que ayude a que vea la información que enviamos.

La ventaja del teléfono es que, aunque sea breve, allí si lo encontramos tendremos sí o sí un ida y vuelta. En esos breves pero valiosos segundos es cuando conocemos los temas que funcionan o no, si podremos esperar algo en ese medio o mejor pensar en otros.

Cómo buscar contactos

En algunos casos ocurre que queremos contactar a un periodista pero no tenemos sus datos de contacto. Allí, por más que suene muy elemental, llamar al medio y pedir por él puede funcionar. Si no, Linkedin ofrece una fuente muy interesante de contacto y búsqueda de acercamiento. También Facebook o Twitter pueden funcionar en ese sentido.


Lo cierto es que los buenos resultados de prensa se suelen obtener en el contacto uno a uno. Allí es donde te asegurás que la información llegó y posiblemente interese. A veces no es fácil lograrlo, pero el intento metódico permite, a la larga, obtener mejores resultados. 

viernes, 12 de mayo de 2017

¿Mandamos la información a todos o a uno?

En el trabajo de comunicar novedades, muchas veces nos encontramos frente a la disyuntiva de gestionar los contenidos en forma masiva o en forma individual (o con opciones intermedias).

Resulta lógico que primero se analice el tipo de contenido. Por ejemplo, si lo que queremos es hacer una propuesta de nota, seguramente lo más recomendable será contactar en forma individual a los periodistas.

A lo sumo, en ese caso, se podrá contactar a un puñado de colegas, que nos parezca que puedan interesarse en el tema. En el caso de contactar a varios a la vez, debemos tener en cuenta que no les estamos proponiendo contenido exclusivo.

Si bien ese tema ya fue abordado en otra entrada de este blog, podemos resumir que, algunos medios de fuerte peso solo aceptan algunos temas si la entrevista se va a dar en exclusiva.       

Cuando se trata de noticias

Cuando lo que vamos a comunicar es una noticia puntual (por ejemplo un nombramiento, mudanza, acuerdo, lanzamiento, etc.) es claro que la información no va a ser exclusiva sino que el objetivo es que salga en un amplio arco de medios.

A pesar de ello, aquí también se presenta la disyuntiva sobre la mejor forma de comunicarlo. Una manera aceptable es un primer envío general, por grupos de medios (negocios, RSE, logística, etc.) y luego un contacto individual.

Algunos medios, con ese primer mail, ya se darán por enterados, y si el tema lo amerita, es posible que lo publiquen.

Pero lo cierto es que los periodistas (y no solo ellos) reciben una gran cantidad de mensajes por día, por lo que, en algunos casos, el reenvío o contacto individual es necesario para que vean el contenido.

Sin el pan y sin la torta

Muchas veces, en pos de lograr una mayor llegada, en lugar de contactar a los periodistas de medios que más nos interesan, hacemos lo que se conoce como “ametralladora” de mails o envíos a mansalva.

Eso, en un primer momento, nos puede parecer efectivo porque llegamos a muchos, pero a veces es igual a casi nada. Y lo que definirá la posibilidad de tener buenos resultados (si el tema y el medio al que contactamos corresponden) es el contacto uno a uno.

También el contacto uno a uno tiene sus dificultades, claro está. En primer lugar, el periodista no está esperando nuestro llamado/mail/Whatsapp, por lo que es posible que lo encontremos ocupado y no sea bienvenido nuestro contacto.

Además, a veces no resulta tan sencillo encontrar a los periodistas en sus escritorios, por lo que debemos insumir varios llamados para poder encontrarlo. Si conocemos sus horarios es más fácil, pero no tenemos igualmente la certeza de saber que está.


En síntesis, algunos temas ameritan envíos generales, o un primer paso que sea un envío general, pero por lo general los buenos resultados se logran luego de un contacto uno a uno, por el medio que fuere más adecuado, según los usos del periodista y la confianza que tengamos con él.     

lunes, 27 de marzo de 2017

Cómo instalar un tema en los medios

En Córdoba, cientos de extranjeros fueron engañados por un juzgado, donde se les dio la ciudadanía argentina en forma irregular. Actualmente, muchas de esas personas, de origen chino, son "apátridas", ya que para tener la ciudadanía argentina tuvieron que renunciar a la de su país.

La abogada Déborah Huczek representa a uno de esos damnificados, y le contó a varios de los medios más representativos de nuestro país (La Nación, Canal 13, Clarín, Infobae, Diario Popular, La Voz del Interior), lo que le ocurrió a su cliente y a otros cientos de extranjeros.

Como ocurre normalmente en prensa, para que un tema atraiga a los periodistas tiene que estar bien contado y acercarlo a los medios y profesionales adecuados.

Acá, una síntesis de las principales repercusiones:







La Voz del Interior (Córdoba) http://www.lavoz.com.ar/sucesos/no-saben-que-hacer-para-solucionar-esta-situacion

miércoles, 8 de marzo de 2017

Calendarios editoriales y Guías, donde hay que estar



El viejo almanaque, o el nuevo o no tan nuevo Google Calendar, son una importante fuente para el trabajo de Prensa. La razón es que los medios, en general, y las revistas, más específicamente, suelen tener una planificación editorial anual.

Esos temas están incluidos en las ediciones especiales especiales y suelen ocupar espacios editoriales, independientemente de cuál sea la coyuntura y lo que dicte la realidad de todos los días.

Esa planificación suele verse sintetizada en el Calendario editorial. Especialmente las revistas de negocios, pero no solo ellas, ya tienen a principios de año una definición sobre sus temas especiales.

En ese sentido, se observa que los rankings (prestigio, clima laboral, ventas, etc.), temas de RSE, Real Estate, Energía y otros sectores de la industria suelen tener su número especial durante el año.

La importancia de estar

En dichos números o suplementos especiales se suele consultar a los referentes de cada sector. Pero, como sabemos, parte del trabajo de prensa es convertir a los especialistas en referentes, por lo que muchos pugnaremos por tener un espacio allí, donde la disponibilidad de papel (sí, papel) es finita.

Es así que el conocer los Calendarios editoriales de las principales revistas (y medios, en general) resulta fundamental para poder proponer la participación de algunos de nuestros clientes tanto en los números especiales como en las notas que se abordarán en cada número.

Resulta lógico que no todos los clientes van a poder participar. Primero, hay que seleccionar según los temas y hacer un cruce para ver qué contenidos podremos aportar.

Luego, en el caso de las Guías y Rankings, se deberá sopesar la representatividad de la empresa en el sector. Si bien todos queremos estar, según el tipo de Guía habrá quien tenga mayores o menores chances. Proponer a todos para todo no es el camino.

Quienes quieren estar en estas Guías suelen tener que presentar números que los avalen. Allí, el trabajo de Prensa será obtenerlos, primero, y poder eventualmente defenderlos, después.

En el caso de las Guía, se suelen requerir números generales, información de los representantes de cada sector y, normalmente, una foto en alta del número 1 o cargo representativo.

Si bien estas Guías (repetimos: prestigio, tamaño, ventas, exportación, etc.) no suelen despertar un gran interés en cuanto a las notas que se incluyen, sí tienen consecuencias, ya que se trata de una selección. Tanto estar como no estar tiene sus implicancias.

No sabemos, a ciencia cierta, qué tan probable es que alguien consulte a esas Guías (lógico, hay más y menos importantes) antes de contratar una empresa o un profesional, pero, al igual que lo que ocurre en otros órdenes de la vida, es mejor estar entre los elegidos.